LA DIGNIDAD FLORECE EN EL CERRO

Luego fue el turno para presentar el trabajo realizado – y secuestrado por los medios de comunicación- durante las Marchas de la Dignidad del pasado 22 de Marzo. Primero habló Mari García, Secretaria de Acción Sindical y Relaciones Internacionales del SAT que, con su alegre y comprometido discurso, derrochó fuerza y calor y animó a la gente del barrio a acompañarnos en la acción del próximo 21 de junio para rodear el Parlamento andaluz. Tras ella, la Coordinadora 22M Cádiz proyectó un montaje en power point en el que se recogía todo el trabajo realizado desde su creación, con dedicatoria emocionada a los marchadores y marchadoras que formaron parte de la Columna Andalucía. Hubo un recuerdo especial para los últimos represaliados de aquellos días, Isma y Miguel, puestos en libertad el día anterior, pero también se recordó los otros casos que vivimos, incluidos los que nos afectan a la capital gaditana. Se produjo entonces un momento especialmente entrañable. Pedro, vecino del barrio y recientemente excarcelado, nos trasladó el sufrimiento de los presos y el abandono en el que se hayan. Nos contó de los recortes en alimentos, medicinas y otras cosas de primera necesidad, que están teniendo graves consecuencias sobre la salud de las personas detenidas. Un tema del que no nos podemos olvidar. El sufrimiento de los más débiles crece cada día dentro de este despiadado sistema. También dimos voz a los colectivos en lucha presentes en la plaza con sus pancartas. En primer lugar intervinieron los exdelphi, que fueron reconocidos por los asistentes por su coraje y dignidad tras cuatro meses de encierro en los Sindicatos. Tras ellos, los últimos en llegar a nosotros, los despedidos de la gasolinera portuense de REPSOL, que nos hablaron de su despido irregular, que responde a un ERE encubierto, y que agradecieron el gesto de solidaridad que tuvimos con ellos una semana antes, al apoyar su acción en la gasolinera de Cortadura. Todos reconocieron que la unión de la lucha obrera es el único camino y el empoderamiento del pueblo, nuestra misión. Por ello animamos una vez más a la gente a que se viniesen con nosotros a Sevilla, y casi llenamos allí mismo un autobús.
Pero la canción de Silvio, cantada por Luismi, seguía flotando en el aire de una noche cálida y preciosa…
“La Era está pariendo un corazón…No puede más, se muere de dolor y hay que acudir corriendo pues se cae el porvenir… Debo dejar la casa y el sillón, la madre vive hasta que muere el sol, y hay que quemar el cielo si es preciso, por vivir…
Por cualquier hombre del mundo, por cualquier casa…”
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